Cada pieza de ajedrez tiene su propia personalidad y significado, podemos decir que incluso tiene vida propia. Sus similitudes con el mundo real son curiosas, lo que nos hace pensar que su creador, allá por el año 600, tenía en mente representar fielmente una batalla. Sin más, conozcamos en profundidad el movimiento de cada pieza para poder ir pensando en disputar nuestra primera partida:
Sin duda, la pieza más importante. De él depende el resultado final de la
partida, detalle que comprobaréis en el siguiente capítulo al conocer el concepto
de jaque mate.
El monarca reina sobre sus súbditos, los cuales tendrán que velar por su seguridad durante toda la partida. Como hemos dicho, es la pieza más importante, pero no la más poderosa, de hecho sus movimientos son muy limitados. Conozcámoslos.
CONSEJO: Trata de mantener a tu rey protegido. De él depende el destino de la partida, así que no facilites la tarea a tu rival dejándolo expuesto (como por ejemplo situándolo en el centro del tablero, lugar donde sería atacado con facilidad).
La dueña y señora del reino, la dama es la pieza más poderosa y decisiva de ambos ejércitos. Por eso debemos cuidarla y moverla con mucho cuidado, ya que su pérdida puede resultar fatal para el resultado final de la partida.
¿Por qué es la pieza más poderosa? Sencillo, es la pieza que tiene mayor alcance ya que se puede desplazar en todas direcciones. Estos son los movimientos de la dama:
CONSEJO: La dama es una pieza vital para poder atacar debido a su gran movilidad, así que no la pongáis en juego demasiado pronto y esperad al momento oportuno para moverla.
La torre es una pieza polivalente, puede ser muy útil para la defensa y más
tarde convertirse en una poderosa arma ofensiva. Cuando se encuentra en tareas
defensivas puede acudir en ayuda de otras piezas que se vean amenazadas.
Cuando se usa para atacar forma una pareja temible con su 'hermana', sobre todo
cuando ambas se sitúan en la misma fila o columna... ya sabéis, la unión hace la
fuerza.
Tras la dama, la torre es la pieza que tiene más movilidad. Se desplaza a
lo largo de las columnas y de las filas, siempre en línea recta, lo que le permite
moverse por el tablero con gran rapidez. Estos son sus movimientos:
Esta es la pieza que tiene un diseño más extraño. Lo que no todo el
mundo sabe es que representa a un miembro del clero, de hecho en inglés se
llama bishop, que significa obispo.
Su movimiento es muy limitado, ya que siempre debe ir por casillas del mismo color y de forma diagonal. Veámoslo en el tablero:
El alfil resulta muy útil por su largo alcance, ya que puede cruzar el tablero entero en una sola jugada. Cuando quedan pocas piezas en juego su poder aumenta, ya que dispone de mucho espacio por el que moverse.
Su movimiento es muy limitado, ya que siempre debe ir por casillas del mismo color y de forma diagonal. Veámoslo en el tablero:
El alfil resulta muy útil por su largo alcance, ya que puede cruzar el tablero entero en una sola jugada. Cuando quedan pocas piezas en juego su poder aumenta, ya que dispone de mucho espacio por el que moverse.
El movimiento del caballo es el más curioso de todas las piezas de
ajedrez, ya que lo hace en forma de 'L'. Además, tiene otra característica especial:
es la única pieza que puede saltar por encima de las demás, lo que compensa su
corto alcance.
Estas propiedades le dan una gran movilidad, lo que la convierte en
una pieza imprevisible y peligrosa. Este es su movimiento:
Al poder 'saltar' obstáculos, el caballo es la única pieza que se puede
poner en juego sin necesidad de mover ningún peón. Como podéis apreciar, se
puede desplazar por cualquier rincón del tablero, por lo que siempre trataremos de
colocarlo en la mejor posición posible, si es cerca del rey enemigo, mejor.
Si uno echa un vistazo al tablero con todas sus piezas colocadas,
rápidamente pensará que el peón es la más débil de todas... y no estará
equivocado. Su movimiento es el más simple: sólo puede avanzar una casilla y
siempre, hacia delante. Esta norma sólo se rompe cuando el peón se encuentra
en su posición inicial (en la segunda fila), en ese momento podrá mover dos
casillas o sólo una, según elijamos.
Es importante no olvidar que los peones no
pueden mover hacia atrás, por lo que debéis meditar a fondo cada movimiento de
esta pieza ya que no puede retroceder.
Veamos en un diagrama cómo se mueven
estos soldados rasos, la infantería del ajedrez:
Otra característica especial y única de los peones es su capacidad de
convertirse en otra pieza cuando llegan a la octava fila. Esta transformación se
conoce como coronación. Un peón, al coronar, puede convertirse en la pieza que
deseemos (menos el rey), aunque esa pieza ya esté en el tablero. De esta forma
podremos llegar a tener dos damas o incluso tres torres. Lo normal es escoger la
pieza más poderosa: la dama. Veámoslo en un ejemplo:
Todas las piezas, salvo el peón, capturan según se mueven. Es decir,
pueden capturar cualquier pieza enemiga que se encuentren en su camino. Al
capturar una pieza del rival situamos nuestra pieza en su lugar y sacamos la pieza
capturada del tablero. No hace falta señalar que no se pueden capturar piezas
propias. Veamos un ejemplo de cómo capturan la dama y el caballo:
El peón es la única pieza que no captura según se mueve, es decir, no
captura hacia delante, sino que lo hace en diagonal. No olvidéis que los peones
sólo pueden avanzar una casilla, por tanto, al capturar sólo se desplazan una
casilla en diagonal. En el siguiente ejemplo el peón blanco puede capturar al peón
negro, pero si le tocase mover a las negras sería el peón negro el que capturaría
al blanco: